Para saber si tu empresa está teniendo éxito dentro de su ramo, es importante medir el progreso que ha tenido dentro del mismo, y un recurso que puedes implementar para saberlo es el famoso “benchmarking”.
El benchmarking es una herramienta de gestión que toma como referencia el seguimiento que emplean otras empresas, y en base a esto, reúne información necesaria para hacer un análisis de éste ya sea de un mismo sector o de otro diferente con el propósito de conseguir un beneficio propio.
El proceso del benchmarking tiene como base la idea de que actualmente es difícil crear algo completamente nuevo, ya que la mayoría de las cosas son creadas por tecnologías y procesos ya previamente establecidos, por lo que no es conveniente malgastar recursos económicos o tiempo adicional tratando de inventar el hilo negro, siendo que el camino más conveniente es tomar referencias de las experiencias que otras compañías han tenido al respecto, para posteriormente adaptarlas a la metodología y personalidad de nuestra marca, con la intención de obtener mejores resultados.
Normalmente, se suele pensar que el benchmarking consiste en espiar y copiar otras ideas o procesos, pero en realidad solamente se trata de aprender de los errores cometidos por otros, así como obtener una inspiración sobre lo mejor que hacen los demás para, al final del día, poder aplicarlo internamente con un mayor nivel de calidad.
Aplicar benchmarking implica realizar un continuo seguimiento y evaluación de las empresas competidoras con el fin de determinar sus mejores prácticas.
Existen diferentes tipos de benchmarking según el tipo de empresas que se tomen como referencia:
Benchmarking genérico:
El benchmarking genérico es aquel que aplica con compañías que pueden ser competidoras entre sí o no. En lo que sucede cuando se sigue el ejemplo de una empresa que es líder en un sector distinto.
Benchmarking competitivo:
Es el que se aplica con compañías que son rivales directos de nuestro negocio y se toma como referencia las prácticas en donde nos puede superar.
Benchmarking funcional:
El benchmarking funcional es aquel que se aplica con empresas que podrían llegar a ser competidoras del nuestro.
Etapas del benchmarking
Para diseñar y hacer correctamente un proceso de benchmarking en tu empresa, se recomienda seguir los siguientes pasos:
Planificación
El objetivo de la primera etapa es planificar la investigación que se estará realizando basándose en las preguntas de ¿Qué quiero medir? ¿A quién voy a medir? ¿Cómo vamos hacerlo?.
Datos
El segundo paso es la recopilación de datos. Es una parte fundamental ya que de ello dependerá el fracaso o éxito de todo el proceso de investigación.
Análisis
Después de que se lograra recopilar toda la información necesaria, se deben analizar y detectar los elementos que causan las diferencias entre nuestra compañía y la empresa estudiada para poder realizar mejoras.
Acción
Después de recopilar los datos analizados, el siguiente paso es implementar las mejoras. En este paso se toman como punto de referencia para adaptarlos a nuestra compañía añadiendo mejoras.
Seguimiento y mejora
En esta última etapa se debe realizar un informe con toda la información destacada que se recopiló en el proceso. La idea principal es que ésta herramienta se convierta en un ejercicio de la compañía para adoptar una mejora continua.
Muchas veces necesitamos obtener un punto de referencia de otras compañías para poder saber en qué lugar de la industria se encuentra nuestra marca, sin embargo, es importante recordar durante el proceso de benchmarking que podemos inspirarnos a ser mejores, pero nunca debemos copiar las ideas de otros.
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